lunes, 7 de enero de 2019

CRONOLOGÍA DEL ESTADO MÉRIDA

Desde el punto de vista Arqueológico, Antropológico, Etnográfico e Histórico        

         Este articulo se realizo haciendo un cruce de información en donde se tomo consideración cuatro punto de vista que siguen siendo narraciones de historias desde campos del conocimiento completamente diferentes, desde el punto de vista Arqueológico: cuenta la historia de lo que paso por medio de todo lo que dejamos atrás incluyéndonos a nosotros mismos como objeto. Del punto de vista Etnografíco: cuenta la historia mediante el estudio de la cultura y sus tradiciones en lo micro, es decir, del día a día. Desde el punto de vista Antropológico: cuenta la historia a través de los rasgos físico, sociales y culturales en lo macro, es decir, movimientos culturales en especifico. Y del punto de vista Histórico: cuenta la historia a través de los diferentes registros orales o escritos de hechos reales. De esta forma se llego a esta recopilación de información mas completo y precisa de nosotros mismos como habitantes de la ciudad de Mérida.


CULTURA POPULAR:

        Constituye un tipo de participación comunitaria en donde emergen: valores, tradiciones, memoria histórica y costumbres que pasan de generación en generación, para convertirse en un verdadero patrimonio y como un conjunto de experiencias que tienen un formación de asimilación no académica, destacando un papel fundamental en la imaginación social, donde se va a sedimentar la memoria histórica de una comunidad, región, nación determinada. 

             Su importancia radica en la formación y desarrollo de valores de la identidad de los pueblos y el reconocimiento de cada individuo por su cultura: los individuos, las vivencias, costumbres, recuerdos familiares o comunitarios, fiestas populares, costumbres funerarias, formas de alimentación, de vestir, conducirse, recrearse, sus celebraciones, manifestaciones religiosas, estilo arquitectónicos, manifestaciones artísticas, musicales, bailes, refranes, mitos y leyendas, toponimia, medicina popular, entre otros.


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         Según la exposición “La Historia de Nuestros Pueblos se expresa en el Patrimonio Arqueológico” realizada en el Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez de Nuestra Universidad de Los Andes durante todo el año 2016.  Explica que según la arqueología y los estudios lingüísticos han permitido correlacionar que el territorio que hoy se conoce como Estado Mérida, ha tenido tres movimientos migratorios en tiempos prehispánicos desde aproximadamente el 1500 a. C. hasta el 450 d. C., debido a las diferencias en la cerámica, forma de enterrar los muertos, la presencia de talleres líticos, los nombres propios de los habitantes y los lugares de la cordillera de los siglos XVI y XVII recuperados de documentos históricos, nos sugieren que la misma fue ocupada por diferentes oleadas poblacionales provenientes de la región nor-central de Venezuela, de la cuenca sur-occidental del Lago de Maracaibo y por grupos humanos provenientes de los Llanos Altos Occidentales.

            Estas tres oleadas poblacionales llegaron a convivir en armonía y estaban localizadas respectivamente en los siguientes sitios: la primera oleada llego a establecerse en El Valle de Acequias y la cuenca alta del Rio Chama (Mérida, Tabay, Escaguei, Mucuruba, Mucuchies) y la cuenca del Rio Motatán (Chachopo y Timotes) con grupos humanos de lengua Timotes que poblaron la Cordillera de Mérida hasta la población nor-central de Venezuela vía Valle Carache en el Estado Trujillo.


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            Una segunda oleada migratoria hablaba la lengua Chibcha, asciende en el siglo V de nuestra era a las montañas merideñas provenientes de la zona sur-occidental del Lago de Maracaibo, estableciéndose en la cuenca del Rio Mocotíes (Zea, Tovar, Santa Cruz de Mora) y en la cuenca media del Rio Chama (Estanques, Lagunillas).

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            La tercera oleada muestra la presencia de grupo de lengua arawaka hacía la vertiente sur oriental de la Cordillera de Mérida. La penetración de este grupo se realizó desde los Llanos de Barinas hacia esta porción de la Cordillera de Mérida que colindan con el Estado Táchira, ocupando las poblaciones de Santa María de Caparo, Guaimaral, Canaguá, Capurí, Guaraque, y Bailadores.


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CONDICIONES EN LAS CUALES VIVÍAN LOS INDÍGENAS 
DE LOS ANDES VENEZOLANOS ANTES DE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES.

            Los aborígenes de La Sierra Nevada estaban divididos en tres naciones indígenas que estaban conformados de la siguiente manera, según nos especifica en el libro de Julio Cesar Salas “Etnografía de Venezuela” de 1997: 

NACIONES INDIGENAS O GRUPOS ÉTNICOS:

-      Timotes o Timotíes: (tribus o Parcialidades) Mucurujunes, Mucumbajíes, Mucumpates, Mucumparas, Mucutanes, Torondoyes, Mucumbáes, Mucuyuous, Mucuarcés, Mocobtíes, Quindoráes, Miyoyes, Chiribuyes, Talalles, Mifiques, Ariquites, Chachopos, Bomboyes, ESnujaques, Jajóes, Duríes, Timotes, Mosnachóes, Miyoyes, Pocóes.

-      Giros o Giraharas: quinóes o Quinoráes o Muquinós, Aricaguas, Paqueyes, Mocoteyes, Canaguáes, Chacantáes, Isnumbíes o Camucayes, Guaraques, Capabaros, Suripáes, Curbatíes, Torunos, Barinas, Mucurumaguas, Mucurutues, Bumbunes, Izcagueyes, Mucumíes, Mozambíes, Mucutumpas, Tirguacas, Mucuchachíes, Mucutibaríes, Verquillas, Mucupajes, Orcás, Bailadores, Pregoneros, Queniqueos, Chururues, Uribantes SArares, Petores, Aracayes, Moromoyes, Guacanamas.

-      Caitios o Mucus-Chamas: Mucuchíes, Mucurubáes, Mucujunes, Mucunutanes, Tabayes, Tateyes, Escagüeyes, Mucaquetáes, Mucarias, Mucusiríes, Guaques, Chichuyes, Jajíes, Carboneros o Capaes, Mucutucúas, Mucumbáes, Mucusquis, Mucuunes, Lagunillas, Cacés, Mucuinamos, Mucusumpús, Maculares, Tibicuayes, Tucaníes, Mucuties, Mucuñoques, Mucubaches, Mucurandáes, Tiquiñoes, Caparúes, Caitios, Mocaos, Misantáes, Misiqueas, Mucucháes,

-      Bobures: Capiúes, Chiruríes, Senúes, Chimomoes.

-      Quiriquires o Güigüires o Guaruries: Chiguaráes

-      Motilones: Guachíes.


           Según la toponimia que es: el estudio del origen y el significado de los nombres propios de los lugares o el conjunto de los nombres propios de un territorio o de un lugar, de los diferentes localidades del Estado Mérida, podemos hacer la siguiente distribución de las diferentes tribus en cada una de las naciones indígenas y mas o menos tener una idea del territorio que ocupaban e importancia de las misma en relaciona con los diferentes pueblos y caseríos en la actualidad dentro de la geografía del Estado Mérida.

LA NACIÓN DE LOS MOTILONES
 NO SE ENCONTRÓ RELACIÓN DEL NOMBRE DE LA TRIBU CON LA TOPONIMIA
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      Los aborígenes de los andes venezolanos eran sedentarios y agricultores, vivían en pueblos formales y rancherías o caseríos diseminados, constituyéndose en tribus independientes unas de otras, pero en tiempo de guerra confederaban si tenían las mismas costumbres y parecida lengua, siempre que pudieran entenderse, pues el idioma, la religión y las costumbres, se agrupaban las familias de tribus, subdivididas a su vez en parcialidades, dependientes en su régimen interior de los padres de familia, “Capitanejos” que reconocían la autoridad de los principales de los pueblos o de un jefe afamado como valiente o que disponía de más allegados y parientes, estas a su vez estaban constituidas por familias que practicaban la endogamia. La palabra “Cacique” con que denominaron los españoles a dichos régulos, no pertenece a los idiomas de Venezuela, parece provenir del taíno.

            Los matrimonios entre Mucus y Cuicas se verificaban por la voluntad entre los contrayentes, a la opinión de los padres poco a ninguna influencia marcaba, en ese momento la virginidad no era visto como una virtud, por el contrario, las indias más libres tienen más posibilidades de encontrar marido, ni para nada se tomaba encuentro que la mujer hubiese tenido anteriores relaciones ni hijos de otros esposos. También se prestaba poca atención a la belleza femenina, lo que si se consideraba era la robustez de las mujeres y que fuesen trabajadoras en las faenas de la casa, hacendosas de los cuidados de los hijos y esposos y hábiles en los duros quehaceres de la vida agrícola que incluían los deshierbos de las labranzas, recolección y traslado de los productos cosechados. Se acostumbraba ver por los caminos vecinales que comunican los retiros donde se sitúan sus ranchos toda una familia completa que regresa del conuco: adelante el padre jefe de la familia que apenas llevan la manos ocupadas con un pequeño bojote, una caña de azúcar, detrás va su esposa con una enorme canasta o camirí de bejuco fuerte lleno con toda la cosecha de verduras, maíces y el menaje para cocinar sobre su espada sostenida con un pretal de cabuya sobre la frente, por delante un refajo donde lleva al niño alimentándose del seno de ella y en la otra mano otro hijo u otra cesta con más verduras o un perrito atraillado. Por parte de las mujeres se decidían por un hombre capaz, fuerte y que tuviera casa y buen conuco; aunque los indígenas de esta zona de Venezuela eran monógamos, la poligamia estaba admitida, cuando los recursos de un notable eran suficiente para mantener un sequito y familia, ganaba autoridad de jefe y podía subir su estatus al ser considerado por los capitanejos mayores.

            Así como era y es libre la condición de la india soltera que viviendo en casa de sus padres la voluntad de estos no la doblega, cuando se casa se somete de tal forma a su marido que este a veces se convierte en déspota, la maltrata y pega sobre todo cuando esta ebrio y si un tercero movido por la compasión intercede, esta se levantara contra si interceptor y a favor de su verdugo defendiendo que lo que él le hace está justificado por el amor. Este comportamiento del sometimiento de la mujer a la fuerza del hombre es típico de todos los pueblos indígenas de Venezuela. “De Los Idílicos Amores de Chactas y Atala” queda descartado las situaciones románticas en el contexto de las relaciones sexuales, en donde todo esto esta reemplazados por los fuertes, bruscos y ordinarios gestos de los hombres de estas tribus en donde persigue a las carreras y alcanza a la mujer la derriba, después de un forcejeo se consuma el acto sexual, convirtiendo estas acciones en casi que un ritual en donde la mujer le exige que si la quiere porque no la tumba.

            Los grandes capitanejos gozaban de ciertas regalías o preminencias muy limitadas: estaban relevados de trabajos materiales y sus súbditos le hacían sus casas y sementeras, pero en cambio ellos debían mantenerlos necesitados y costear las fiestas civiles y religiosas, en cuyos bailes, cantos, holgorios, y la borrachera se hacían grandes consumos de chicha. En caso de guerra o en las empresas comunes como abrir acequias, entre otras. Los capitanes y jefes principales convocaban las capitanías inferiores, los indios corrían con sus armas o instrumentos de trabajo y con los alimentos necesarios con ayuda de algunas mujeres para prepararlos. La agricultura, es decir, las labranzas de los conucos, se hacían por medio de convites o cayapas, cuando la labor que se trataba de efectuar era de una consideración mayor, de no ser así, los indios se ayudaban en sus faenas particulares a manos vuelta, costumbre que hasta hoy apenas se mantiene.

            Se convertía en una necesidad primordial de un hombre que pertenecía a una tribu agrícola, mantener la alimentación de su familia y por eso bajo el régimen agrícola de los aborígenes de la Cordillera de Mérida, esto estaba en poseer una buena labranza para el trabajo y una buena producción, no solo influía en la constitución de las familias sino en todos los fenómenos sociales hasta políticos de toda la comunidad, que se servía del suelo para su subsistencia. Siendo ley común de la existencia de las pasiones que aún en estos grupos mestizos la división de los mismos siempre estaba latente, llegando al punto de hacerse guerras entre las naciones indígenas que no contaban con una buena tierra para cultivo, pesca o caza contra otra que sí, llegando a despojarlos de sus tierras, para esto se llegaban a acuerdos y alianzas con otras tribus a favor y en contra que duraban lo que durara la guerra, o muchas veces se llegan a un acuerdo entre las partes en conflicto que se resolvía con un convite y mucha chicha. (Salas, 1997)

EL COMERCIO:

            La sociedad andina aborigen, logró alcanzar los conocimientos técnicos suficientes para controlar la producción de uno o de varios recursos alimenticios. Este conocimiento técnico no solo se redujo a la actividad destinada a la producción de alimentos, sino que, existieron una serie de procesos orientados de bienes no alimenticios reservados para cubrir necesidades de vestido, suntuarias o ideológicas. Por ejemplo, los indígenas de la Sierra Nevada adquirían sal y cacao por medio del trueque por maíz y productos artesanales como con los indígenas Quiriquire y Bobure de las márgenes del Sur del Lago

            En este contexto, la producción artesanal especializada en ciertos bienes (placa alada, urao, tubérculos, eneales, zaparas, pacabuyes, orotomos, aliles y otros objetos tejidos en fique como marusas o bolsas, fajas, tirantes o asas para sus mapires, cabuyas, etc.) cobro gran importancia debido al papel que jugaron para obtención de recursos complementarios. Como por ejemplo con los indígenas de los llanos por pescados, cacao, sartas de quiripa de los Achaguas, similar a estas quiripas los indígenas de La Sierra usaban sartas de quipo, una especie de rosarios con que los Mucus y Cuicas llevaban las cuentas, es decir, al carecer de un sistema verbal para llevar las cuentas, hacían los cálculos de comercio usando la sarta de quipo, los dedos de las manos y los pies. Este método de hacer cálculos matemáticos era similar al Abaco chino.

QUIRIPA: CONCHAS DE CARACOLES MARINOS USADAS POR LOS ACHAGUAS COMO MONEDA


SARTA DE QUIPO: MEDIANTE DIFERENTES COMBINACIONES DE HILOS Y NUDOS
SE USABAN PARA HACER LOS CÁLCULOS DE EQUIVALENCIA PARA HACER LOS TRUEQUES,
ACEPTADO POR MUCHAS COMUNIDADES INDÍGENAS.

ABACO CHINO

            Las evidencias arqueológicas y etnohistóricas nos indican que el comercio adquirió la forma de circuitos económicos que permitían el intercambio de bienes entre distintas aldeas de la cuenca del Chama y el Valle de Acequias con las tierras baja de los Llanos de Barinas, el Valle de Quíbor por el este y el Lago de Maracaibo por el norte.

            Lo nombrado anteriormente fue posible, puesto que dentro de la organización sociocultural de la sociedad existió una división de trabajo para la ejecución de estos procesos. Posiblemente este es uno de los rasgos más importantes de una organización de esta naturaleza, ya que permite establecer una distinción entre los diferentes procesos de trabajos y hablar de una especialización de los miembros de esta comunidad.

DATO CURIOSO: la Urea también fue usada como moneda, por su importancia para hacer el chimo que era muy cotizada entre las diferentes tribus indigenistas de Venezuela, razón por la cual se han encontrado restos arqueológicos de Urea al sur del Lago de Maracaibo, la costa norte del país y hasta el oriente de la cuenca del Rió Orinoco.


UREA: ESPECIE DE SAL AMARGA


CREENCIAS Y CULTOS RELIGIOSOS:

            Los pobladores de la Sierra Nevada adoraban a diferentes deidades entre las cuales están el sol llamado Chen o Ches, la luna, los páramos, las montañas y especialmente las lagunas la cual, en el caso de los Mucúnes, que eran los pobladores de Lagunillas, la llamaba Cúa o Cuat (Culebra) este culto a la serpiente llegaba al punto de creer que haciéndoles algún tipo de daño a estos reptiles ocasionaría que los arroyos y manantiales se secasen. se pudiera hacer un paralelismo entre el culto a la serpiente de los andes venezolanos y el culto a los dragones orientales.


CULTO A LA SERPIENTE ANDINO


RIÓ CHAMA

REPRESENTACIÓN DEL DRAGÓN DE AGUA CHINO

          Otra de sus costumbres era de pasar en silencio por páramos, montañas o cerca de las lagunas para evitar que la deidad se moleste e intente castigarlos con tormentas o inundaciones.

            Entre sus festividades se encuentran la bajada del Ches que celebraban los Mucus y Cuicas en donde el sacerdote se retiraba por un tiempo y regresaba disfrazado con cuernos de animales, embijes y plumas de colores, la tribu ansiosa salía entonces a recibirlo gritando “que venía o estaba bajando el Ches” en esta festividad los indígenas se embadurnaban de achiote (ONOTO) y con máscaras se disfrazaban y al compás de flautas y macanas danzaban ejecutando movimientos variados, cantos y mímicas para imitar los modos de caminar de los animales, sus gritos o bien las faenas agrícolas simulando sembrar, recolectar, entre otros, era muy típico de los Cumanagotos, Achaguas, Chibchas, propios de Timotes, El Morro, Punta, San Juan, Lagunillas, entre otros, en donde la chicha era el principal consumo.

        Los ídolos estaban hechos de piedra, barro cocido, madera o simplemente algodón, los masculinos que ostentan unos tocados diversos y llautos o penachos de plumas embijes, esculpidos o pintados que usaban los guerreros indígenas, unos de pies y otros en posición de combate, esos eran los de la guerra, aunque todos son de naturaleza benigna, pero sus nombres se perdieron al no conservase su historia. Los Cuicas adoraban especialmente a un solo dios, cuyo ídolo está sentado en un dúho o asiento bajo y en sus manos lleva una jícara de chicha.  Y así como nos muestran los ídolos Mucus y Cuicas se perforaban las orejas, usando collares de trocitos de madera, plumas y otros adornos. Los indígenas artesanos plantaron también a través de la cerámica parte de su mundo mágico religioso y los personajes que servían de intermediarios entre ellos y éste, como son las figuras de MOHANES especialmente el de la “Diosa Madre”.


MOHANES “DIOSA MADRE”
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            Entre las ofrendas que les hacían a sus deidades femeninas estaban era la manteca de cacao, hilo de algodón, carne de venado seca al humo y sus cabezas la colgaba en las paredes de sus adoratorios, sal, cuentas de piedras de colores, pequeñas mantas e incluso víctimas humanas.

            Sorprendentemente uno de los mitos más antiguos que tienen los Mucus eran que creían que había ocurrido un gran diluvio que ahogó a toda la gente, volviéndose a repoblar el mundo, cuando de la laguna de Mucubaji (Espirud Rey de las Lagunas) salieron un hombre y una mujer gigantescos con un cántaro de agua que iban caminando por toda la cordillera dejando caer gotas que fueron formando las diferentes lagunas de los andes hasta llegar a Lagunillas sitio que escogieron para fundar su raza y fue allí donde el cántaro se rompió y ellos desaparecieron y dejando la población y la laguna más grande, Este mito se puede juntar con el mito de la Cara Del Indio: Chía y Zuhe, una pareja de dioses fundamentales, no un solo dios sino dos, un dios y una diosa "Los Encantos Padres" Luna y Sol respectivamente (Titanes Primigenios), con sus facultades universales, fundaron el mundo y crearon seres semejantes así mismo, "Los Encantos Hijos" guardianes de los paramos y las lagunas de gran belleza (dioses Progenitores). Lo primero que dibujaron fueron estrellas y rocas. El primer pico que emergió (ahora llamado el Campanario) , así como las dos primeras lagunas: Chimpu Chirup (Agua en llamas) y Chimpu Apira (Agua de piedra, hoy llamada Laguna de los Puentes), cuando los Encantos Hijos, observando la monótona armonía imperecedera que reinaba sobre todo lo establecido, sintieron la necesidad de crear un ser que contuviese el cambio, lo imperfecto, lo mortal, que trascendiera el esto de perfección de la naturaleza, pero que fuera semejante a ellos mismos; de esa manera crearon a los primeros hombres en estas montañas: nuestros aborígenes andinos - precolombinos. Aquellos fueron guiados por diversos oficios, actividades agrícolas y artesanales, enseñados a sobrevivir en permanente euforia con el entorno y a respetar la sagrada soberanía de cada ser viviente, con una profunda virtud arraigada en sus creencias ancestrales. Con el timpo, los habitantes comenzaron a usar Chapi (Sal), lo cual enojó a los progenitores, perdiéndose comunicación física y espiritual, y con la llegada de "Los Hermanos Palidos" previsto y anunciados por las estrellas, por los Encantados Padres, sucumbiendo la gran gran indigeno- culturales de los andes. Hoy en día, desde la ciudad de Mérida, en el relieve del Parque Nacional La Culata, Sierra del Norte, se distingue el perfil de un indio acostado o dormido, aguardando el día para despertar y reunirse con su amada "La India" localizada justo al frente de este, en la cresta del Parque Nacional Sierra Nevada o Sierra Sur. Según la Leyenda estos son "Los Encantos Hijos", progenitores de los indígenas andinos, separados por el valle en donde se asienta la ciudad más alta y bonita de Venezuela, y que sucumbira tras el encuentro de los dos.... Esta creencia del Diluvio Universal es compartían con los Chibchas, los Mayas, los Achaguas, los Aztecas y los Incas quienes por ejemplo creían que Manco Capac y Mama Ocllo salieron del Lago Titicaca en Perú. y por todas las antiguas pueblos indigenas y las grandes civilizaciones del mundo, pasando por el Enuma Elish que es la referencia mas antigua que se conoce de este mito en el imperio Babilonico, El Gran Diluvio Universal Biblico hasta en tribus australianas.


LAGUNA DE MUCUBAJI


ENUMA ELISH

EL DILUVIO UNIVERSA
MANCO CAPAC Y MAMA OCLLO
ORIGEN DE LOS INCAS EN EL LAGO TITICACA


            Al igual que con La Leyenda del Dorado aquí, los Jají hablaban de un sitio de maravillosa riqueza donde se hallaban un hombre de oro con patos y animales del mismo metal, múcuras y pailas llenas de oro que se hayan camino a la cañada que forman las Gonzales, existen un lugar recóndito, que algunos han deslumbrado en lo más áspero e inaccesible de aquella gigantescas rocas, por donde se despeña el rio y va dando saltos, por el tupido y secular bosque de belleza salvaje, donde se contempla y mora el Airón de pluma verdes, azules y tornasoladas, semejante al Quetzal Azteca.

EL DORADO

EL DORADO EN JAJÍ

QUETZAL AVE NACIONAL DE GUATEMALA AL VOLAR ONDEA SU COLA PARA ARRIBA Y PARA ABAJO,
MOVIMIENTO QUE INSPIRO A LOS AZTECA A CREAR SU DIOS QUETZALCOATL

QUETZALCOATL (SERPIENTE EMPLUMADA):
DIOS AZTECA
A SU VES ESTA AVE INSPIRO AL ANIMAL LEGENDARIO LLAMADO AIRON:
GUARDIÁN DEL LA VERSIÓN DEL DORADO DE LA TRIBU LOS JAJÍS




TIPOS DE ENTIERROS:

            Las prácticas funerarias de la Cordillera de Mérida son heterogéneas como en otras partes de América. Actuando como indicador de tratamientos preferenciales basados en una estratificación social o de etnicidad. El estudio arqueológico de estos contextos nos permite conocer la vida de estos pueblos, su alimentación, enfermedades, visión de la muerte y la simbología que lo rodea.

            Los estudios desarrollados en la Cordillera andina de Mérida han permitido diferenciar dos tipos de enterramiento: enterramientos primarios y enterramientos secundarios, presentándose variaciones en cuanto a edad, sexo, disposición y número. En algunos los esqueletos se encuentran asociados a objetos tales como pectorales líticos o de conchas, collares de conchas, vasijas de cerámicas y figuras antropomorfas, entre otras.

            En los enterramientos primarios el cuerpo es colocado directamente en estructura excavadas en la tierra, de poca profundidad en sepulturas más elaboradas como las cámaras funerarias o “mintoyes” con chimeneas laterales o centrales. En ambas, el cuerpo puede ser depositado directamente o indirectamente, presentándose una separación por la colocación de una laja o porque el cuerpo es envuelto en una esterilla o un manto que permita la separación de la matriz del suelo. Los cuerpos se pueden encontrar de manera extendida, semiflexionados o flexionados, colocados de cubito dorsal (boca arriba) o de cubito lateral derecho o izquierdo (el cuerpo se encuentra recostado sobre uno de los lados).


Mitones con chimenea lateral


Mitones con chimenea central

            Los entierros secundarios en la Cordillera Andina de Mérida están representados por la localización de urnas funerarias. En este tipo de entierro se somete al difunto a un doble entierro, el segundo se lleva a cabo después de un tiempo durante el cuerpo reposaba de cualquiera de las formas descritos anteriormente. Llegando al tiempo de este segundo entierro el cuerpo es exhumado, limpiado y desarticulado para ser sepultado nuevamente en una vasija de barro.


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UBICACIONES PRÁCTICAS PARA LOS ENTIERROS:

            Espacios agrícolas: se ha evidenciado que dentro de estos espacios se desarrollaban ritos y prácticas funerarias que por el momento podrían estar marcando actividades propiciatorias a los cultivos para la obtención de mejores cosechas.

          Espacios sagrados: los entierros en estas áreas son poco comunes y posiblemente están relacionados con personajes que tuvieron una relevancia entre los grupos aborígenes.


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           Espacios habitacionales: los entierros en estas áreas son los más comunes y su presencia podría estar señalando, para las sociedades, la necesidad de la permanencia de sus seres queridos, o por el contrario podrían estar demostrando la ocupación de un espacio funerario hace un grupo que no está vinculado al que entierro antes en el sitio, con lo cual estaríamos ante la presencia de una neutralización del espacio por parte de grupos diferentes, quizás en momentos diferentes.

        Espacios tecnológicos: la presencia de cementerios en estos espacios podría mostrar un tratamiento preferencial de los individuos a través de una actividad productiva.

            Los entierros directos en una urna se localizan en la cordillera merideña en la cuenca del Rio Chama, mientras que los mintoyes se encuentran por toda la cuenca alta del mismo rio.

LAS MOMIFICACIONES:

            La momificación es otra de las prácticas presente en la cordillera merideña. El proceso de momificación es natural, aunque no podemos negar la intencionalidad de los grupos sociales, que teniendo conocimiento de las condiciones ambientales permitían la preservación de sus muertos hicieran uso de estas.

            En el proceso de preparación, el individuo no era desviscerado como el método de los antiguos egipcios, ni tampoco era por medio de la deshidratación, así como hacían los incas por medio de las condiciones ambientales en las cumbres mas altas de los andes ecuatoriales, aquí en la los habitantes de la Sierra de Mérida preparaban el cadáver para que fue ahumado para acelerar el proceso de deshidratación para colocarlo en las grutas, cuyas condiciones ambientales permitían el proceso de momificación de los cadáveres de manera natural.

MUSEO ARQUEOLÓGICO DE MÉRIDA
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LA INDUSTRIA LÍTICA:

            Los objetos líticos localizados en los distintos contextos arqueológicos del Estado Mérida se pueden agrupar en cuatro clases: los instrumentos de trabajo que sirvieron para la fabricación de otros objetos, los de uso religioso, los de adornos y los utilizados para las labores agrícolas.

            Los primeros se encuentran de varias formas y tamaños como, por ejemplo: los martillos que pueden que pueden ir desde un simple candor rodado que permite golpear otras rocas para la obtención de núcleos o lascas más pequeñas para ser trabajadas, hasta los cinceles de diferentes tamaños utilizados para la obtención de núcleos o materia prima más fina con el fin de darles formas o retoque a las piezas en el área de trabajo. También tenemos dentro de este grupo a los alisadores de punta de proyectil, hachas, cuentas de collares y pectorales, los cuales permiten tener un mejor acabado en las superficies de las piezas y los perforadores que permiten perforar las piezas y lograr así la funcionalidad deseada.



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           La presencia de objetos elaborados en roca con forma zoomorfas (figuras de ranas relacionadas con la fertilidad) o antropomórficas (asociada con los contextos rituales), parece suponer una analogía en la elaboración de uso ceremonial, y de ofrenda que se les atribuían a los dioses por los beneficios obtenidos en las cosechas.


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          Entre los objetos y adornos corporales tenemos las cuentas de collares y pendiente de diferentes formas y tamaños.



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             Entre los objetos líticos destinados para el trabajo o para el procesamiento de la materia prima se encuentra las azadas, los metates y manos de moler. Muchos de estos se hayan en contexto funerarios como es el caso de los metates que se utilizaban para sellar la entrada de los mintoyes o cámaras funerarias.



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            La utilización de la roca como materia prima por las sociedades aborígenes no solo se limitó a la elaboración de materiales suntuosos o en la elaboración de herramientas. Las rocas también fueron utilizadas en la construcción de muros de terraceo, en el revestimiento de acequias y en la elaboración de las paredes de áreas habitacionales.

            Las habitaciones de los indígenas eran por extremos sencillas: con estantillos de madera buena y perdigas o varas, amarradas con fuertes bejucos amaban su casa, cuyo techo cónico a dos o a cuatro, aguas se cubría con caña atravesada sobre las que se amarraban con solidez y empezando de abajo hacia arriba compactos con haces de paja, que doblados sobre sí mismos y cubriendo unos con otros formaban una cobertura de larga duración. Los intersticios de los estantillos enrejados convenientemente y rellenos de fajina o barro constituían las paredes de la casa, que no tenían más abertura que la puerta de acceso y en el techo el hueco por donde salía el humo, pues más de las veces la misma habitación servía de cocina, en cuyo caso los metates o piedras de moler maíz estaban colocadas en un poyo que daba fuerza a los estantes por el lado de afuera. Los indios dormían en barbacoas de caña o en el soberao o sobrado, inmediatamente bajo el techo, formado también por varillas o cañas, por la cual ascendía por una escalerilla o pieza de madera con muestras a guisa de escalones.

            El menaje de cocina consistía en ollas y cantaros de arcilla cocida, cantaros más pequeños llamados MÚCURAS, o sea vasija para coser el cacao, escudillas o gachas, depósitos de agua, es decir, chirigua y moyas, platos barreños y otros utensilios de barro de varias formas a veces imitando figuras de animales, caras humanas, frutas de variadas formas, etc.; cacharrerías fabricadas por algunas tribus como los cuicas de las más finas arcillas notables por decorar y pintar sus vasijas a la manera azteca quichua y acusar tales decoraciones al ingenio y la fantasía; ciertas piezas por los montajes perfectos parecen haber sido fabricadas a torno y ostentan grecas y dibujos complicados. Como los mayas de Centro América y demás naciones adelantadas del continente, algunas tribus de la Cordillera de los Andes Venezolanos, por su marcada religiosidad ornamentaban sus vasijas de forma especial o común con forma de ranas y serpientes.


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            En toda América usaban los indios como vasos y tazas naturales que les proporcionaba en árbol que los botánicos denominaban crecentia cujete, Güiro en Haití e higuera en Nicaragua, se denominaba jícara en Guatemala y también por nuestros aborígenes; llaman jaguaní al asiento o rodete de paja para la sostener la jícara, que los Cuicas y Mucus decoraban primorosamente. De todas formas y variedades de taparo hacían totumas, camazas, cucayes, cucas, para el chimo, cucharas y antiguamente hasta guayucos, por lo cual acostumbraban a sembrar tan útil arbusto junto a sus bohíos como proveedor general de utensilios y vestidos. (Salas, 1997)

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            Las rocas fueron también utilizadas como soporte de las representaciones rupestres que se localizan en la región de Mérida, en ella los antiguos pobladores plantaron las representaciones de animales y figuras cuyo significado hoy es asumido de diferentes maneras por los lugareños.

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CHAGUALAS O CARICURÍES - LA PLACA LÍTICA O PLACA ALADA - ÁGUILA:

            Las investigaciones arqueológicas de campo realizadas en la cuenca del Rio Chama han puesto de manifiesto que este objeto tuvo una función ceremonial con un alto contenido simbólico dado a su asociación arqueológica con la parafernalia votiva y mortuoria.

            La placa alada en el área andina está vinculada a tres tipos de contexto arqueológico: El primero está definido por su presencia asociada como ajuar funerario tanto en la caverna como en el área de los cementerios, para el resto de la cuenca alta del rio Chama, este tipo de asociación se ha puesto en evidencia en Escaguey y Cacute. El segundo contexto está definido por la locación en áreas como pisos altitudinales a los 4000 m.s.n.m. donde generalmente se encuentran relacionadas con una estatuaria cerámica o lítica e incensarios trípodes a manera de ofrendas, en grutas o en pequeños nichos. El tercero estaría definido por la presencia de yacimiento- talleres de tipos multifuncional como los reportados para Escaguey y Mocao Alto, Mucuchies.

            Los yacimientos arqueológicos de Mocao Alto y la nueva era, nos permiten ubicar los contextos de la placa alada entre los años de 450 y 1.120 d.C. (Siglo V a. C. al XII d.C.)

              Desde el punto de vista arqueológico podemos decir que las placas aladas se encuentran dispersas en la zona andina venezolana y la zona Centro-Occidental de Venezuela más específicamente: Barinas, Lara, Portuguesa, Falcón, Aragua y Carabobo, siendo el área andina de montaña donde se han encontrado la mayor concentración de sitios con objetos terminados, así como talleres de fabricación.

            Las placas aladas son de cuerpo plano, generalmente alargado, que presenta hacia el centro un trapecio invertido, en algunos casos perforado en los extremos de este, fluctúan de tamaño, color forma y grosor.


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            En lo que respecta a la materia prima de su fabricación, podemos señalar que fueron utilizadas rocas metamórficas tales como diorita, filita, y algunas variedades de serpentina, siendo esta últimas de gran abundancia en los contextos arqueológicos.

LA AGRICULTURA:

            La domesticación y el cultivo de las plantas fue un proceso que se inició hace muchos años con fines diversos. Esta les permitió a las sociedades obtener alimentos, medicinas, materia prima para cubiertas de sus viviendas y herramientas.

            La presencia de distintas terrazas, utensilios de trabajo como azadas, hachas, metates, manos de moles, morteros, sistemas de regadíos representados por acequias, de muestran el conocimiento agrícola tecnológico que tenía nuestros antepasados.


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Restos de  una "Acequia" o canal de roca construido para llevar el agua hasta los cultivos
            La información etnohistórica y arqueológica nos sugieren un patrón de población, producción y consumo del espacio que estaba orientado al control microverical del medio geográfico. Este patrón consistía en que cada familia tuviera acceso directo a los recursos agrícolas provenientes de distintos pisos térmicos, lo cual se logró por medio de las parcelas agrícolas extendidas en las aldeas nucleadas, labranzas agrícolas en sitios fuera de las mismas y red de intercambio con las tierras bajas.


Ruinas de San Antonio de Mucuño, Acequias, Mérida

Población de Mocao, Mérida


LA ALFARERÍA:

            La elaboración de cerámicos en la cordillera de Mérida constituyó una parte fundamental de la cotidiana de la sociedad aborígenes de nuestra región. La producción de piezas destinada a la preparación, consumo y almacenamiento de alimentos. Así mismo, encontramos un conjunto de piezas de cerámica destinada a las ofrendas relacionadas con los espacios funerarios y rituales. Para la elaboración de cerámica se utilizó una pasta de arcilla, a la cual en el proceso de trabajo se le añadía un anti plástico de arena fina y gruesa. Preparada la pasta, se comenzaba a confeccionar el objeto utilizando la técnica del enrollado y el modelado. La pieza después de levantaba se alisaba y en algunos casos se decoraba a partir de una gran variedad de técnicas que van desde la incisión lineal, hasta el aplicado y la pintura. Posteriormente se pasaba a quemar las piezas en horno a fuego abierto.



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            La variedad de objetos cerámicos, el uso y las representaciones de las pautas simbólicas de las sociedades, aunado a la abundancia y en su contexto arqueológico, hace de la cerámica una herramienta fundamental para acceder al conocimiento por parte del investigador de las sociedades del pasado. A partir de ella podemos estudiar la etnicidad, patrones demográficos, tecnológicos, dar respuesta a las secuencias de poblamiento y establecimiento de cronologías.


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            La alfarería de los pueblos relacionados a los Timotes, ubicados en lo que hoy conocemos a la Pedregosa, Acequias, Mérida, Tabay, Escaguey, Mucuruba, Mucuchies, Piñango y Timotes, se caracterizaban por una decoración basada en la incisión corta en forma piramidal, cadenetas aplicadas con la impresión de los dedos, vasijas e incensario trípodes y alguna figura antropomórficas masculinas y femeninas.

            La alfarería relacionada a con la lengua chibcha distribuida en lo que hoy conocemos como Lagunillas, Estanques, Santa Cruz de Mora, se caracteriza por una decoración plástica con incisiones que en su conjunto forman figuras geométricas, apliques antropomórficos ubicados en los bordes de las vajillas y pintura roja ubicada en los bordes y labios en las piezas de cerámicas.

OBJETOS EN CONCHAS:

            Los objetos realizados en conchas marinas, localizados en los sitios arqueológicos de la Cordillera merideña son muy escasas y corresponden a piezas de comercio con grupos de las zonas costeras del país, en la actualidad de Lara y Falcón, donde se han localizado grandes talleres de procesamiento de esta materia prima.


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            Las piezas de conchas corresponden fundamentalmente a collares, pendientes y brazaletes. Algunos son de uso ritual o son representativos de jerarquía, como podrían ser los pectorales trabajados en grandes univalvos.


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            También tenemos algunas piezas cuyos usos están más dirigidos a la elaboración de otros productos. En este orden tenemos los volantes de huso que servía para husar el hilo de algodón y otras fibras como el fique en el proceso de confección de tejidos y las gubias que eran utilizadas como instrumento de trabajo.

            Los objetos elaborados en conchas son muy comunes en el contexto de los entierros. Como es el caso del cementerio de Quíbor del Estado Lara, cuya cronología abarca desde el siglo II hasta el siglo VII d. C. En la elaboración de estos objetos se usaron diferentes especies y familias de univalvos y bivalvos propia de la región del país. La elaboración de estos objetos requirió de la especialización de artesanos que permitiera el control desde la selección de la materia prima, la preparación de la zona de trabajo, hasta la obtención de objeto, lo que evidencia una organización social especializada.

TEXTILES:

            La preservación de los tejidos en un contexto arqueológico de la cordillera andina de Mérida es muy escasa. A través de los cronistas se conoces la utilización de mantas de algodón por parte de las mujeres, también se han encontrado los mantos mortuorios elaborados en fibras de algodón. El tejido de la muestra corresponde a parte de un manto prehispánico encontrado en una ladera rocosa. El tejido fue elaborado en fibras de algodón que posiblemente se retorcieron sobre el muslo a mano. Esta acción permitió estirar y enrollar dichas fibras en el huso elaborado en cerámica, lítica o conchas, comunes en los registros arqueológicos de la región. Este instrumento permitía darle regularidad a la hebra para la ejecución del tejido.

            Esta pieza de trama urdimbre muy sencilla y unicolor, posiblemente fue elaborada en un telar horizontal, constituido por dos travesaos de madera dispuestos de manera paralela y horizontal, donde se montaba el tejido.

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            El algodón abundaba y era cultivado en sementeras por Mucus y Cuicas, los cuales torcían, trenzaban y tejían sus vestidos que adornaban con borlas y flecos de colores y a veces con plumería, los aborígenes fabricaban mantillas, brazaletes y los cordones con que se ligaban fuertemente las piernas para engrosar los músculos, costumbre seguida por demás tribus indígenas de Venezuela y Latinoamérica. Con tocado para la cabeza los indios de la cordillera de los andes los llautos, espléndidos adornos guerreros, hecho de plumas de colores variados, entretejidos o fijados con hilos de algodón o fique, combinando los colores tan artísticamente, que serían la envidia de las mujeres civilizadas, cuyos mejores aigrettes y sombreros modernos, no podían competir en belleza y originalidad con los soberbios penachos de los salvajes americanos.



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            Los indios de la cordillera de Mérida aparte de tejer y trenzar la paja, caña y cierto bejuco o fibras, de que hacían, tanto Mucus como Cuicas, cestas de varias clases y formas, desde el mapire grande de ojo fabricado con el resistente vejuco millo (clemates odorata) de los Mucus y las preciada de paja de colores que aun tejen los descendientes de los Cuicas de Trujillo. Los Timotes de Santo Domingo y Pueblo Llano tejían petacas grandes de caña, anares y mapires, cuya industria subsistió durante la colonia, todo era obra de mano, pues no puede llamarse telares los cuatro palos que hincaban en la tierra para auxiliar su trabajo, ya que en este ramo, como la cerámica, los españoles siguieron usando lo que hallaron sin enseñar a los indios los modelos y formas europeas, ni siquiera el de introducir el torno de alfarero, lo mismo decimos de la de junco y enea, petates en lengua maya, que fabrican todos los Lagunillas o Mucuúnes con la paja de la laguna.


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PROCESO HISTÓRICO DE CONQUISTA DE LA CORDILLERA DE MÉRIDA

            En 1558 con un grupo de españoles y aborígenes salió el Capitán Juan Rodríguez Suárez de Pamplona, sin permiso de la real Audiencia. Suarez siendo oriundo de Mérida de España, para conquistar y colonizar las poblaciones y tierras de la llamada provincia de las “Sierras Nevadas”.

            Juan Rodríguez Suarez y sus hombres, después de haber pasado por Cúcuta, el Valles de San Cristóbal y la Grita donde se enfrentó violentamente a la población aborígenes, llega al Valle del Mocotíes. A causa de la forma de pelear de los indígenas de este último valle, los españoles llamaron el lugar “Bailadores”. En la ribera del rio Chama llegan a su nuevo pueblo donde cada vivienda tenía construido un pozo de agua, por esa razón la llamaron “Estanquez”.

            Continuaron su expedición y pasan por “Pueblo Quemado”; debido a que cuando lo españoles llegaron ahí prendieron fuego a las casas de los aborígenes para poder someterlos, pueblo que hoy se conoce como Chiguará. Posteriormente llegan a Jamú donde se encontraban la laguna de Yohama conocida hoy con el nombre de Urao. Rodríguez Suárez queda sorprendido al ver un pueblo grande y hermoso con muchos barrios y una gran población pacífica, vestida de mantas de algodón y ricamente adornada, hermosas plumas y collares de piedras blancas y verdes o de huesos, en palabras del Cronista Fray Pedro de Aguado “Les hacía parecer muy bien y daba muestra de ser gente aventajada y respetada de los demás indios de estas Tierras Nevadas, como en la verdad lo son…”. También tenían grandes corrales cercas de sus casas ahí crían paujíes, pavos, tórtolas y muchas aves de intensos colores como guacamayos.

            Los españoles llamaron a este lugar Lagunillas, y fue donde se fundó la Ciudad de Mérida por primera vez, los indígenas también extraían el Urao o Jurao muy parecido a la sal, pero muy amargo, con una especie de balancín rudimentario. Los indios lo utilizaban para agregarlo al tabaco y fabricar chimo que les gusta mantener en la boca y esto les hacía escupir incesantemente y hacia molestar a los españoles al parecerle una costumbre muy sucia para el estatus que aparentaban, también usaban el urao como betún para pintarse y adornarse el cuerpo. Además, que era usado como moneda de cambio para intercambiarlo por otros productos con otros pueblos vecinos del lago de Maracaibo, los de la Costa, los del Tocuyo y hasta el oriente de la cuenca del Orinoco. Debido a todos estos beneficios de los que le brindaba la laguna de Yojama los habitantes de la zona la consideraban como una importante deidad llamada Cúa o Cuat (Culebra) este culto a las serpientes llegaba al punto de creer que haciéndoles algún tipo de daño a estos reptiles ocasionaría que los arroyos y manantiales se secasen.

            Los españoles empezaron a maltratar a los indígenas al ver que ellos trabajaban cuando sus necesidades los requerían, más sin embargo los españoles querían que ellos se mantuvieran produciendo constantemente, razón por la cual lo habitantes de esta zona abandonaron el lugar hacia lo que se conoce hoy como la Trampa, entonces Juan Rodríguez Suarez envió a Juan Esteban con otros soldados a buscar otro pueblo indígena para someterlos a mano de obra para la agricultura, Juan Esteban llego a llego al Valle de Acequias debido a que por la falta de lluvia los indígenas de esa zona idearon un método de riego que consistía en unos canales para distribuir con poca agua regar todos los culticos, entonces Juan Esteban lo llamo en ese momento el Valle de Nuestra Señora.

            Al regresar Juan Esteban, Suárez lo envía con tres soldados más a Santa Fe de Bogotá, para anunciar lo que habían encontrado en Las Sierras Nevadas y lo de la fundación de Mérida, los indígenas al ver que los españoles se habían dividido deciden atacar con macanas a los que se quedaron, pero al ver los primeros heridos decidieron emprender la huida nuevamente, Juan Rodríguez Suárez, desconfiando de los indígenas, decide buscar cualquier asentamiento cercano y aprovechándose de la noche se metían en sus viviendas mientras dormían y asesinarlos a todos, esto les creo una reputación de seres despreciables y a los cuales los indígenas le huían al verlos llegar. Suarez siguió entonces subiendo por la cordillera hasta dar vista con el Valle de santo Domingo y así mudo a Mérida a lo después se conocería como la “Ranchería Vieja” hoy en día La Parroquia debido a la ubicación estratégica que tenía el lugar al tener la forma de la punta de la meseta, sería más fácil de defenderla en caso de que los indígenas quisieran cobrar venganza

            Días después de la salida de Juan Rodríguez Suarez de Pamplona, la Real Audiencia ordena al Capitán Juan de Maldonado perseguir y capturar a Suarez por haber iniciado exploraciones de La Sierra Nevada sin permiso. Fue ahí en la Ranchería vieja donde fue apresado Suarez por Maldonado, quien termina enviándolo de regreso a Santa Fe de Bogotá para ser enjuiciado, mientras el continuó la empresa de conquistar la Cordillera Andina hacia las comunidades que hoy conocemos como Aricagua y Mucuchachí hacia los pueblos del Sur y Mucuchies, Piñango, Santo Domingo y Timotes hacia el Páramo. Mérida siguió dependiendo de del corregimiento de Tunja.

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            Con la llegada de los españoles se rompe la Cordillera andina de Mérida causando una ruptura en la manera de concebir, manejar espacios y el modelo de organización social, cultural y económica de los pueblos indígenas que se asentaba en estos lugares.

            En 1586 quedó establecida la Primera Consagración de españoles encabezada por Bartolomé Gil Naranjo, desde ese momento la población originaria de la cordillera de Mérida fue repartida en 79 encomiendas en un plazo de 2 meses, la cual se les impuso de manera violenta el nuevo modelo de organización que estaba jerarquizado en función a la plaza central, la iglesia y la casa del sacerdote, lo que se conoce hoy como la cuadricula de poblamiento.

            Para 1602 con la visita de Antonio Beltrán de Guevara a Mérida, queda claro el desorden en el que vivían las comunidades indígenas que para la fecha su población se había reducido a la mitad, pero que de igual manera seguían oponiéndose a la nueva manera de concebir el espacio donde se desarrollaban su vida cotidiana y los cuales habitaban los márgenes de ríos y quebradas, aislados unos de otros. El nuevo visitador propuso que se quemaran sus viviendas y que obligaran violentamente a movilizarse y reubicarse en los sitios que tenían marcados para construir sus casas en los nuevos pueblos, esta decisión fue tomada debido a la necesidad de adjuntar a hombres, mujeres y niños para someterlos de una manera eficaz a la vida política, social, cultural, económica y religiosa bajo la corona española.

             Para 1607 Mérida paso del Corregimiento de Tunja a convertirse en la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá. En 1619 y 1620 con la visita de Alfonzo Vázquez de Cisneros, se repetía la historia de Guevara, los aborígenes permanecían en los montes y las quebradas. Los nuevos funcionarios, 17 en total, dejaron en claro la forma que debería tener cada pueblo, donde sobresalía la plaza central y a partir de ella calles paralelas y perpendiculares, se estipulo la reasignación del resguardo y la construcción de las iglesias, casas de curas y la organización de barrios cuadrados, donde cada uno de ellos había de corresponder a una encomienda. Así nacieron los pueblos: Timotes, Mucuchies, Tabay, Mérida, Lagunillas, Santo Domingo, San Antonio de Mucuño (hoy Acequias) y Acequias de Mucubach (hoy el Morro), entre otros pueblos más.

La Real Audiencia de Santa Fe

           En 1622 se convierte la ciudad de Mérida en la capital de la Gobernación de Mérida y el máximo mandatario dispuso hacer ahí su residencia para domiciliarse de esa manera en al ciudad.

          Para el siglo XVI con la decadencia de la industria textil en España a consecuencia de la expulsión de los moriscos y judíos agravó el reinado de Carlos V y con Felipe II vino la ruina total de la industria textilera, eso acorto los suministro de telas par el nuevo mundo y obligo a los colonos a reabastecerse por ellos mismo introduciendo la fábrica de telas en el Tocuyo y de allí su nombre de Tocuyo, luego sería introducida en Mérida donde floreció a tal punto que en la ciudad por la escases de oro se convirtió la tela en moneda de cambio a razón de un lienzo ordinario de cinco varas equivaldría a peso de plata. También se fabricaba cobijas, alfombra, hamacas y otros tejidos en diversas partes Timotes, El Morro, San Juan, Queniquea, y otros puntos de la cordillera merideña.

               Para 1777 Mérida se independiza del Virreinato de Nueva Granada. 


Virreinato de Nueva Granada

              En 1781 Táchira, Barinas y Apure y se unen con la Provincia de Maracaibo y pasan a formar parte de la Capitanía General de Venezuela. 


Provincia de Maracaibo

            Para 1785 fue elevada a Sede Episcopal y es inaugurada el Real Colegio Seminario de San Buena Aventura por Fray Juan Ramos de Lora un 29 de Marzo.

Real Colegio Seminario de San Buena Aventura

               En 1810 Mérida declara su independencia el 16 de Septiembre, quedando como la sexta ciudad que siguió a Caracas después del 19 de Abril, siendo Barcelona y Cumana el 27 de abril, Margarita el 4 de Mayo y Barinas el 5 de Mayo respectivamente. Y una semana después el 21  de Septiembre el Real Colegio de San Buena Aventura, paso a ser la Universidad de Los Andes.



Universidad de Los Andes

              Para 1813 Mérida paso a formar parte de la ruta de la Campaña Admirable comandada por Simón Bolívar, el 28 de Abril.



Paso de Bolívar por Mérida



                En 1860 nace en Mérida, el 31 de Mayo Tulio Febres Cordero, cronista de la merideñidad.


Tulio Febres Cordero

                 Para 1901, nace Mariano Picón Salas, un 26 de Enero.

Mariano Picón Salas


               En 2018, nace el 17 de Septiembre @AndesCómics, la editorial de cómics mas grande de Venezuela en la actualidad y el 9 de Octubre de 2018 día en que la ciudad cumplía 460 años de su fundación, la compañía le hizo un regalo como tributo a la ciudad y como presentación de la compañía como compromiso con ella y se publico el primer cómics del genero épico en Venezuela titulado "Murachi: El Último Cacique de la Sierra Nevada" basado en la leyenda de Tulio Febres cordero El Cacique Murachí y La India Tibisay. 


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Bienvenidos a todos, esta es otra parte de mi investigación que fue parte de mi trabajo especial de grado presentado el 4 de abril de 2018, la cual se titulaba: "El Cómic como Herramienta Didáctica Complementaria", para conseguir la licenciatura de Diseñador Gráfico en la Universidad de Los Andes, la cual tuve la suerte de coincidir con la exposición “La Historia de Nuestros Pueblos se expresa en el Patrimonio Arqueológico” realizada en el Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez de Nuestra Universidad de Los Andes durante todo el año 2016.


De la conformación de esta cronología humildemente me siento muy orgulloso, no por ser yo quien la realizo, a final de cuenta yo soy el menos importante en esta ecuación, sino por el contrario me siento muy orgullo de poder mostrar este maravilloso legado cultural con que contribuyeron los pueblos indígenas con de la historia de mi país, y sobre todo me siento con la obligación de hacerle un tributo para mostrarle al mundo y más que todo a mis propios compatriotas dicho aporte, que hicieron lo mejor que pudieron, con los recursos tecnológicos que tenían a la mano, para poder dejar muy en alto sus costumbres y tradiciones, además que esta publicación la hago con el propósito de dejar una huella imborrable para que en la posteridad las futura generaciones las puedan apreciar y sentirse tan orgullosos como yo de formar parte de esta gran nación llamada Venezuela.  











Muchas Gracias por su atención

Feliz Dia!!!






Bibliografía


Salas, J. C. (1997). Etnografia de Venezuela. Mérida: Talleres Gráficos Universitarios ULA.



Créditos de la Exposición

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